<![CDATA[ Crianças traficadas para Portugal. "Uma delas engravidou" mais tarde ]]>
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Entre 2016 y 2020, la Policía de Seguridad Pública (PSP) logró identificar a unos 30 niños que fueron traficados desde Rumanía a Portugal. La noticia fue recogida el pasado domingo por Jornal de Notícias , que explica que estos menores eran utilizados para mendigar cerca de hospitales y atracciones turísticas de las mayores ciudades portuguesas, como el Puente Luís I, en Oporto. Se trataba de un plan que en tan solo cuatro años supuso medio millón de euros para estas organizaciones criminales, el equivalente a 500 euros por niño y día. Cinco años después, ¿qué ha sido de ellos?
João Soeima, comisario de la PSP, explica a SÁBADO que muchos de ellos "han emigrado", pero que otros acabaron permaneciendo vinculados a esas células criminales. Al menos una de ellas quedó embarazada.
"Algunos de estos niños, que ahora son adultos, han seguido adelante con sus vidas y han emigrado a países europeos", comienza enumerando João Soeima. “Algunas regresaron con sus familias y otras terminaron de alguna manera vinculadas a estas organizaciones que las traficaban, como acompañantes. Sabemos que al menos una de ellas quedó embarazada y que a las que identificamos y localizamos no les pasó nada malo. Otras simplemente huyeron y aún necesitan protección”.
En aquel momento, estos niños tenían sólo "entre 13 y 15 años" y eran "casi en su totalidad niñas", según el comisario. El reclutamiento por parte de estas organizaciones criminales se producía de diversas formas: algunas familias recibían alrededor de 100 euros a cambio de estos menores. En otros casos, les prometieron matrimonio con uno de los miembros de la red. Todavía había familias que simplemente se vieron obligadas a entregar a sus hijos.
En Portugal, les obligaban a mendigar y "cometían pequeños hurtos y se hacían pasar por sordos y mudos". Señalaron una hoja de papel A4 que tenían colgada del cuello para decir que querían un "Certificado de la Asociación Regional de discapacitados sordomudos" y así fue como extorsionaron, escribe Jornal de Notícias .
Estos ataques ocurrieron en "Lisboa, Oporto y Coímbra", según João Soeima. Fuera del territorio nacional, operaban en “el sur de España, Italia y Francia”.
Ahora bien, estos niños tienen entre 18 y 20 años. Cuando se le pregunta por qué algunos de ellos acabaron volviendo con sus familias y otros fueron vendidos por sus propias familias, João Soeima explica: "Tenemos que entender que estamos en un nivel cultural diferente al de Rumanía y que somos un grupo étnico diferente. Desde esa perspectiva, cuando entregas un niño a otra persona, esperas lo mejor".
También en este contexto, nueve hombres fueron acusados. Según el comisario, "en estos momentos no hay ningún sospechoso detenido". "Son libres", asegura.
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